Muchos son los padres que quieren que valoren a sus hijos para saber por qué tienen dificultades durante la etapa de educación infantil en el ámbito escolar con la lectura, la escritura y las matemáticas. Y cuando en la mayoría de los casos, los expertos de terapia psicomotriz informamos que se debe a una falta de madurez del sistema nervioso debido a una lateralidad no definida, no tienen ningún tipo de conocimientos sobre qué es la lateralidad y cuál es la influencia que ejerce ésta sobre el proceso de aprendizaje escolar de sus hijos/as.
Es por ello, que es conveniente que los profesionales tanto del ámbito de la educación como de la intervención terapéutica, ofrezcamos a las familias una visión genérica de la importancia que tiene la lateralidad en el desarrollo de las diferentes capacidades y habilidades que necesitarán sus hij@s durante el proceso educativo que les tocará vivir durante largos años.
Y… ¿QUÉ ES LA LATERALIDAD?
La lateralidad es la predominancia de un lado del cuerpo sobre el otro debido al uso y a la efectividad con la que la persona realiza las tareas (lado izquierdo o derecho del cuerpo) teniendo en cuenta no solo la mano y el pie, sino también la preferencia del ojo y el oído. El desarrollo de la lateralidad corporal es la parte que podemos observar de forma directa a nivel visual, y que depende de la parte no observable, como es la especialización y superioridad hemisférica del cerebro –dominancia del hemisferio derecho o del hemisferio izquierdo- es decir, la “distribución de las áreas cerebrales” (Ortigosa, 2004).
A la hora de realizar tareas como escribir, hablar o realizar dos actividades al mismo tiempo, se activarán las áreas específicas del cerebro para su consecución y trabajarán de forma coordinada y sincronizada para poder alcanzar la misma meta. La lateralidad bien definida -maduración del sistema nervioso (SN)- permite alcanzar una eficiente organización espacial que ayuda a orientar el cuerpo respecto al entorno y a los objetos, facilitando la integración perceptiva, la construcción del esquema corporal y una de las cosas más importantes para el ser humano, que es el procesamiento de la información que recibimos del medio que nos rodea.
La lateralidad se desarrolla siguiendo un proceso que pasa por tres fases:
¿CÓMO INFLUYE EN EL ÁMBITO ESCOLAR?
A la edad de 7 años, los niñ@s deben tener definida la lateralidad – zurdo o diestro- de forma homogénea (ojo, mano, pie y oído), ya que influye de forma determinante en el proceso de aprendizaje del lenguaje, como por ejemplo, la enseñanza de la d,p,b,q, así como para el aprendizaje de la lectura, la escritura y de las matemáticas. Una lateralidad mal definida o con dificultades en el proceso de lateralización puede provocar que el niñ@ presente problemas durante el aprendizaje, y derivar en fracaso escolar.
Es por esto, que en la etapa de educación infantil se debe estimular la lateralidad a través de gran variedad de actividades sobre ambas partes del cuerpo, de manera que el niñ@ vaya teniendo durante esta etapa los datos suficientes para efectuar la elección de una u otra parte del cuerpo como preferente. Y una de las mejores formas para favorecer la estimulación de la lateralidad es a través del movimiento y actividades de educación física infantil o psicomotricidad.
La actuación de los docentes y los padres son de vital importancia, ya que la presencia de dificultades de aprendizaje no es sólo consecuencia del interior del niñ@, es habitual que este se vea influenciado por el entorno inmediato que favorece el empleo de una mano sobre la otra. Especialmente los adultos suelen tener una inclinación por la utilización de la mano derecha de los niñ@s, aunque en algunos casos la dominancia innata sea la mano izquierda, provocando una lateralidad contrariada y dificultades para la persona en su vida cotidiana. Por todo esto, los padres y educadores deben trabajar de manera coordinada y cooperativa, para que el niñ@ reciba las ayudas y apoyos necesarios teniendo como referente las personas adultas con las mismas ideas para trabajar el proceso de lateralización.
Y las actividades más importantes que contribuyen a desarrollar la lateralidad, son aquellas que ayudan a madurar las vías cerebrales en ambos lados del cerebro a través del movimiento y acciones de todo el cuerpo como son: los ejercicios de coordinación, giros, balanceos, rodar sobre sí mismos, pata coja, juegos con pelotas o carreras laterales. Estas son algunas de las actividades en movimiento que ayudará a las familias y educadores a madurar y definir la lateralidad de sus hij@s y alumn@s, con el objeto de incidir directamente en la mejora de la vida escolar y por supuesto, personal.
También te puede interesar: ¿Qué es la psicomotricidad?