MÚSICA Y PSICOMOTRICIDAD
La música forma parte de nuestra vida diaria desde que somos bebés. Nuestros padres nos cantaban para calmarnos, hacernos reír o entretenernos y aprender movimientos y vocabulario asociados a un ritmo.
Además, escuchamos música en la radio, en la televisión, en los centros educativos, en los centros comerciales,etc, y nos ayuda a evadirnos creando una magia casi incomparable con otras artes, ya que no es necesario tener una competencia específica desarrollada para vivir la música. Simplemente, podemos escuchar o sentirla a través de las vibraciones que nos ofrece y nuestro cuerpo-mente la disfruta a nivel sensorial.
La música aporta muchos beneficios al desarrollo de los niños, desde las competencias expresivas, motrices y lingüísticas, hasta las intelectuales. Es por ello, que la educación musical junto con la educación psicomotriz deben estar presente desde las primeras edades tanto en los centros educativos como en las enseñanzas extraescolares y las intervenciones terapéuticas, con el fin de favorecer de manera integral a nuestro alumnado. La UNIÓN de la EDUCACIÓN PSICOMOTRIZ y MUSICAL, facilitará el desarrollo de la imaginación, la creatividad, el análisis, la simbolización y a expresión.
El tempo y ritmo musical es un buen aliado de las actividades de la psicomotricidad, ayudando a que el niño tome conciencia de su propio cuerpo; utilizarlo de manera expresiva o como un instrumento de percusión, usar la propia voz, descubrir los diferentes sonidos que puede producir, y a su vez, tomar su propio control, pueden ayudar a mejorar la asimilación del esquema corporal, la respiración y la articulación y emisión de sonidos lingüísticos.
Por otro lado, debemos tener presente, como afirman Alsina, Díaz y Giráldez (2008), que aunque la psicomotricidad y la música sean muy complementarias, no dejan de ser disciplinas diferentes que contienen objetivos estrechamente relacionados, pero también con metas diferenciadas. Así pues, debemos tener en cuenta la necesidad de SABER INTEGRAR AMBAS DISCIPLINAS con especialistas adecuados y especializados, para ayudar a relacionar con mayor acierto y eficacia los propósitos marcados como recursos que favorezcan el desarrollo integral de la persona.